Por: María Luz Crevoisier
Periodista
¿En qué teatro no penan?, ¿cuál no tiene una leyenda sobre aparecidos? Porque todos guardan sus fantasmas y los actores, tramoyistas, electricistas y los que componen la farándula teatral, tienen más que una historia que contar.
Muchos son los que juran sobre los maderos de Lope de Vega o Tirso de Molina que han escuchado voces, pasos o sencillamente, han visto entre los camerinos, el escenario o las butacas, a algún despistado fantasma que desapareció apenas se percató de la presencia de algún cristiano, que lo confundió con una persona de carne y hueso.
Esto no es sólo exclusividad de nuestros teatros, pues se dice que en otras dimensiones, como el Vaudeville de la ciudad luz, la famosa Sarah Bernhardt, después de su fallecimiento, seguía representando a Cornelia, que tantos éxitos le dio, ante un público ausente y sin luces en el escenario o con luces que se encendían sin que nadie lo hiciera. Cuando el emblemático teatro fue demolido, la Bernhardt se trasladó con su troupe de espíritus, al Theátre du Porte Saint-Martín. Dicen que sigue allí hasta la fecha-si es que continúa en pie ese teatro- asustando a más de uno con su extraordinaria interpretación de la sonámbula lady Macbeth, pero desde el otro mundo.
En Lima también se han reportado casos de ese tipo y según el actor Percy Williams, más de un actor ha tenido que ver con experiencias de ultra tumba, como cuando él y el resto del elenco que ensayaban “Ardientemente Cenicienta” de Alexander Pacheco en el teatro Larco, se quedaron de una pieza, al ver sentado en medio de las últimas butacas a un hombre que desapareció cuando se le acercaron.
“Una mañana-sigue relatándonos Percy – cuando nos alistábamos con el elenco de Herman Herman en la Biblioteca Pública de Lima, escuchamos que en el Auditorio alguien cantaba. Al acercarnos para ver de quién era esa voz tan hermosa, esta se calló y en su lugar, corrió un viento frío por todo el escenario que hizo mover incluso el telón”.
“Contaba el actor Oswaldo Salas Williams, que mientras representaban la obra Cyrano en el Teatro Municipal de Trujillo, en plena actuación y sin que hubiera otra persona cerca, le arrancaron el bigote postizo al actor Luis Tapia. En ese mismo teatro, la actriz Firelei Barreda, transitaba por los pasillos para repasar sus textos y una persona que caminaba en sentido opuesto, pasó por su lado. Ella volteó para ver a dónde se dirigía, pero la persona, se esfumó, dejándola paralizada por el susto”.
Carlos Victoria (hijo de nuestro primer actor Enrique Victoria), tuvo uno de sus mil encuentros paranormales. Según Percy Williams, es el actor preferido por los fantasmas y tanto es así que ha decidido dedicarles un libro, en donde narrará sus muchas veces escalofriantes experiencias. “Una noche que ensayaban una obra de Alejandro Casona en el teatro Segura, escucharon que en uno de los palcos principales, se abrió una puerta y “alguien” corrió una silla. Como ya era casi la una de la madrugada, miraron sorprendidos para descubrir al noctámbulo asistente, pero ¡no había nadie! Sin mediar acuerdo alguno, salieron corriendo hasta ganar la calle, pues no querían saber nada con aparecidos o almas en pena.”
Y aquí me quedo, pues se “desaparecieron” otros relatos que me envió por internet, el joven y talentoso actor Percy Williams ¿Coincidencia o alguna jugarreta de fantasmas?
Gracias por la entrevista. Existen muchas mas historias de fantasmas en el arte que a estas alturas ya los actores nos acostumbramos a compartir con ellos los escenarios. Un abrazo Percy Williams